Todo lo que rodea a los nazarenos tiene un tinte siempre a Semana Santa antigua, a aquella Semana Santa en que todo tenía un significado, una razón de ser. Los nazarenos eran penitentes, no conformaban una cofradía tradicional sino que eran un elemento de religiosidad popular diferenciado de las cofradías ya fueran de gloria o de penitencia. Sus elementos de penitencia por excelencia son las cruces, algunas de ellas de gran peso que lejos de ser un mero elemento del hábito como puede ser una vara, suponen un verdadero ejercicio de penitencia.
Las cruces de los nazarenos pueden organizarse en dos grandes grupos: las cruces ordinarias en madera de color negro, y las cruces de penitencia. La organización de los cofrades de Jesús Nazareno en la posición no responde a criterios estéticos ni por orden de llegada sino que es el reflejo del escalafón en que cada cofrade se encuentra en su camino de ascenso hacía la Cruz del Señor, los últimos pasos de ese escalafón se manifiestan externamente en las cruces penitenciales.
Respecto al origen de las cruces aunque sin excesivos datos al respecto parece tener vinculación con la extinta Cofradía de la Vera Cruz (También llamada de la Santa Cruz o de La Cruz a secas), pues en el año 1.909 las cruces de penitencia eran propiedad de la misma quien se encargaba de repararlas o susituirlas así como de su preparación para el desarrollo de la penitencia pública.
Unida a las cruces aparece la figura del cirineo. Todos los nazarenos van acompañadas de su cirineo, la persona de confianza (amigos o familiares) que le acompañará en todos los actos en que los nazarenos porten las cruces, no solo como meros acompañantes sino haciendo gala de su condición de cirineo, asisitiendoles en la carga de la Cruz.
Las penitencias que los nazarenos deben llevar antes de cargar con la Cruz del Señor son:
- Cruz de los Dolores
- Cruz de las Cuatro Esquinas
- Cruz de los Clavos
- Cruz del Mal Ladrón
- Cruz del Buen Ladrón
- Cruz Parroquial
- Insignia
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