La priostía en las cofradías, una labor necesaria que debe recuperarse.
¿Pri, priost, prios...
qué?
Virgen de la Soledad ante el Monumento |
Priostía, prioste, capiller son términos que en determinadas
latitudes resultan extraños, novedosos y desconocidos, muy posiblemente porque
en estas tierras nos quedamos con su término primitivo: mayordomo, para luego
ir poco a poco restándole contenido. El
cargo del prioste no es más que la especialización de un mayordomo de la
cofradía, un cargo rector de la hermandad que empezaba a tener unas funciones
propias y que la evolución del lenguaje le adjudicó un apelativo propio.
¿Quién es el prioste?
El prioste es aquel miembro de la cofradía que asume la
responsabilidad de velar por el decoro en la exposición al culto de las
imágenes titulares de su hermandad, debiendo asumir no solo la custodia del
altar o altares en los que se exponen las imágenes si no el cuidado de todos
aquellos espacios que de forma ordinaria o extraordinaria cobijen a sus
titulares. Se incluyen por tanto el altar, camarín o hornacina que la imagen
ocupa a diario, las andas, mesa o paso procesional, los altares para los cultos
importantes, los traslados a otros templos, etc.
Virgen de la Concha, años 30 |
En que se traduce esta ocupación, en velar porque la
exposición al culto de las imágenes cuente con la máxima dignidad para que en
ellas el devoto pueda contemplar el misterio de fe que encierran. El prioste
debe encaminar su trabajo a despertar plegarias, a disponer el exorno que más
favorezca la devoción a su imagen titular. No es por tanto una labor estética
ni decorativa, ni de distribución de objetos litúrgicos conforme a criterios
establecidos, no se limita a disponer flores o a crear efectos de luz con la
cera, es una función de servicio a la
liturgia y al culto de la imagen.
Las funciones concretas de un prioste varían ligeramente en
cada cofradía pero pueden resumirse en:
- El aseo, conservación y adorno del altar, camarín o capilla de la imagen o imágenes titulares.
- La planificación y erección de los altares de culto: triduos, novenas, besamanos, fiestas, aniversarios, etc.
- Exorno del paso procesional en las salidas de las imágenes, bien sea de forma ordinaria o extraordinaria.
- Labores de limpieza y conservación de los espacios de culto, así como el control y cuidado de los enseres de la cofradía.
¿Priostes en Zamora?
La historia de las cofradías en Zamora adolece siempre de un
carácter de supervivencia, de entrelazar
crisis, de sobrellevar penurias económicas y en ese contexto era difícil
fraguar y estabilizar en las juntas directivas la figura del mayordomo
responsable de la presencia de las imágenes o prioste. Pero los testimonios
gráficos atestiguan que , al igual que en el resto del orbe católico, Zamora
contó con fastuosos altares de culto, por no hablar del altar de plata de la
Catedral destinado exclusivamente al monumento efímero del Jueves Santo. La construcción de los altares de los
novenarios y quinarios más devotos, la erección de altares en la procesión del
Corpus, los cultos sacramentales, o las grandes efemérides diocesanas requerirían
a personas capacitadas y con experiencia
en el levantamiento de altares efímeros, muy probablemente vinculados con
cierta exclusividad a las cofradías o a
las parroquias.
Celebración de Santa Teresa en la iglesia de San Vicente |
Las grandes cofradías de Semana Santa: Vera Cruz, Jesús
Nazareno, Santo Entierro, Nuestra Madre en incluso la Resurrección contaron muy
seguramente a lo largo de su historia con un mayordomo responsable de cuidar la
presencia de las imágenes y de planificar y dirigir la construcción de los
altares de cultos que dichas hermandades levantaban a sus titulares. Hoy en día
esto se ha perdido, aquellas imágenes que se encuentran en parroquias suelen
contar con la atención de sacristanes o devotos que supervisan las flores o
procura asear el entorno de la imagen, sin embargo la tónica habitual es la
monotonía, en el mejor de los casos la llegada de flores encargadas que sustituyen
a otro centro ya marchito por la desidia
de ni tan siquiera acercarse de vez en cuando a supervisar el estado de la
capilla. La desidia de los dirigentes lastra la devoción de los fieles. La Fe no requiere de imágenes por ello cuando las imágenes no dan testimonio, o cubren su sentido bajo el polvo y el abandono pierden su valor y su significado, quedando relegadas a meras obras de arte sacro aquellas que cuentan con la maestría de su hechura, las demás simples estatuillas que pueblan paredes y repisas.
Altar de la Hermandad de la Expiración, Sevilla |
La figura del prioste es inherente a las imágenes de
devoción y no se vincula exclusivamente a las cofradías, ni mucho menos a zonas
geográficas como Andalucía que si han sabido velar por la conservación de esta
responsabilidad. Sea con título o sin
él, la presencia de las imágenes en las iglesias y capillas necesita de las
labores de priostía que garantizan su conservación, su limpieza y el fomento de
la devoción para poder legarla a las siguientes generaciones.
Altar del Corpus 2012, Cofradía de Nuestra Señora de San Antolín o de la Concha |
Javier Prieto
Prioste de la cofradía
de Ntra. Sra. de San Antolín o de la Concha
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